7.12.11

Solía odiar a todo el mundo.

Solía querer estar sola.

Solía quedarme despierta en las noches,

en las madrugadas, en el día;

por el simple hecho de no querer ser como los demás.

Porque odiaba a los demás,

odiaba a todo el mundo.

Hasta que un día me detuve en seco

y me reí de mi misma, incluso hasta lloré un poco

Y empecé a amarlos a todos

No por una razón específica

Sino por la simple dicha de amar

Porque me di cuenta que

Cuando comienzas a amar

también comienzas a ser amado.

No comments:

Post a Comment