27.2.10

8. Fuego en una Noche Fría.

Era una noche fría. Los amantes se encontraban bajo la luz de la luna, pero algo hizo que una chispa destellante comenzara a encender un fuego interior donde se quemaban con la punta de sus lenguas mientras entrelazaban sus brazos y comenzaba una danza ardiente de lujuria y deseo. La sangre hervía... acariciaban sus caras observándose los ojos; y como deseaban estar para siempre juntos se miraron fijamente para no olvidar que contaba el uno con el otro.





Este escrito ha llegado hasta la pantalla de mi laptop por un amigo, uno de los cuales es difícil encontrar, bastante diferente y un tanto misterioso.
Y me pidió –más bien me rogó- que lo posteara, y ¿saben qué? A mí me parece que está muy bien, y pues… Este post es por y para ti, Amigo.

26.2.10

7. Ojalá tuviera a alguien a quien decirle esto.

Y si yo llorara ¿beberías mis lágrimas? ¿Saborearías lo salado de ellas? Su indefinida forma se deslizaría por mi cara y rozaría mi labio inferior. Tú te acercarías y borrarías su presencia.
En ellas se refleja la tristeza de los años que he vivido… En todos los endemoniados errores que he cometido. En todas las veces que mi corazón ha añorado compañía, o una mano la cual agarrar.
Si de mis labios brotara una canción de cuna ¿Te comerías mis palabras? ¿Las masticarías con tus afilados dientes? Las palabras serán reducidas a polvo por tu lengua, las calentarías con tu paladar y de alguna misteriosa manera las convertirías en agua evaporada.
Y si yo mintiera ¿Qué harías? ¿Me golpearías? ¿Me insultarías? ¿Me matarías? El arte del rencor que se asome por tus facciones sería exquisito ver.

Ojalá tuviera a alguien a quien decirle esto.

23.2.10

6. Por la noche.

Miro hacia el firmamento, son las siete y catorce por la noche.
No hay ninguna estrella allá arriba.
Me pregunto si eso significa algo.

15.2.10

5. Que se acabe.

Que se acabe.
Que termine este repugnante momento. Que sangre brote de nuestros ojos y en ellas haya esperanza.
Que se acabe.
Porque no puedo seguir viviendo así. Esta asquerosa vida, viviendo estos asquerosos momentos.
Que se acabe.
Arrojaré al vacio las fotos que guardé en mis venas. Las fotos tan enfermizas. Me enferman. Me enfermas.
¡Que mi puta vida se acabe!
¡Que se acabe ya! ¡Ya no puedo! ¡No puedo vivir más!
Que se acabe.
Que se acaben tus palabras. Que se acaben. Que tu nacimiento sea una puta desgracia.
Que se acabe.
Que mi último aliento desaparezca ya…
Y que lo utilice diciendo la puta verdad.

4. Felicidad.

Fue un ácido mediodía de Julio el cual la vi por primera vez.
Se aproximaba a mí con su andar gracioso y delicado. Parecía una delicada margarita; flotando por el aire con esencia de canela.
Iba tocando las cabezas de los niños y estos reían como si cosquillas les hiciera.
Al tocar las cabezas de los adultos provocaba un delicioso escalofrío en ellos. Y una inmensa sonrisa tomaba lugar en sus caras marcadas de odio y preocupación.
Podía percibir su despreocupado sabor a risas; su infantil olor a sonrisas.
Al llegar a mi encuentro me parpadeó con ojos tiernos. Me observó por unos breves instantes y se abalanzo sobre mí. Se internó en mí.
La felicidad.