31.10.10

49. Feliz día.

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26.10.10

48. Realidad.

Cierro los ojos.
Cierro los ojos y veo un vacío.
Nada entra, nada sale; pero de alguna manera todo se almacena.
Aprieto los ojos y restriego mis dedos contra ellos. Veo formas, máscaras, caras.
Veo tantas cosas y ninguna me resulta familiar.
Veo tantas cosas, las observo, las olvido y abro los ojos.

25.10.10

47. Desnúdate, mujer.

"Desnúdate, mujer".
Ella se quita los zapatos, las medias.
Se quita los pantalones usados que compró a medio precio.
Se quita la camisa de botones de presión.
Desabrocha el sostén y desliza las bragas hacia el suelo.
Se suelta el cabello rojo flamante, teñido, y cae en cascada por su espalda.
Él se acerca por detrás y apoya sus manos grandes como montañas en sus delgados hombros. Aquellos hombros besados y mordisqueados por tantos, pero tantos, hombres.
"Quítate la piel" dijo, mientras tocaba sus cicatrices.

20.10.10

46. La belleza de los días se va, y yo aquí; sin poder enamorarte.

45. Pájaro.

El niño sentado en el pasto. Sus piernas cruzadas y mirando sus manos sucias, llenas de tierra. Había cavado una tumba para un pájaro que había caído del árbol.
La madre llega y ve al pájaro.
Le ayuda a cubrir la tumba y ponerle bonitas piedras, flores y ramas.
El niño pone la mano en la tierra y dice "adiós, viviste bien".
La madre piensa en si explicarle como funciona la muerte, pero el niño le pregunta:
"¿Y si me crecieran alas, me convirtiera en pájaro y me fuera volando?"
"Sería tu árbol, tu refugio, ese ser que te cuida hasta que tu puedas hacerlo solo" responde la mamá.
"¿Y si me caigo?" mira hacia la pequeña tumba.
"Tendrás un hermoso velorio" le susurra la madre.
El niño empieza a cavar de nuevo y saca al pájaro. Lo mira atentamente y repentinamente, sale volando, alejándose, buscando vida.

18.10.10

44. Poco perceptible.

Una vez me pasó que miraba fijamente al techo una mañana, acabando de despertar. Como negociando con mi cuerpo a ver si se levantaba o no.
El techo está hecho de madera. Como una vez le oí decir a mi mamá "la madera del techo es canadiense".
Me puse a pensar "pero si la madera es madera, ¿cual es la diferencia de la madera entre un roble, un árbol de manzana o una sequoia?".
La respuesta me vino al golpe "tal vez las cosas menos perceptibles sean las que más diferencia tengan entre otras de su clase".

Me di cuenta que había aguantado el aire todo el tiempo, no respiraba.

¿La relación entre aguantar la respiración y cosas poco perceptibles?
Ninguna. O puede que respirar es algo poco perceptible.
O sólo quise contar esto de una manera muy misteriosa y significante poco significante.

13.10.10

42. Conocí a un hombre que podía volar.

María entra al cuarto.
Sus ojos brillaban de emoción. Me agarró las manos y dijo "Conocí a un hombre que podía volar".
La miré confusa, ya que dicha acción es imposible para un ser humano sin ciertos instrumentos.
"Conocí a un hombre que podía volar" repitió María "sus alas alcanzaban el cielo. No hablaba, pero siempre sonreía. Lo observé por horas al otro lado de la calle. Perdí dos de los autobuses que pasaron" dice María.
La agarré por la cara, tratando de sentir algún cambio de temperatura; pero nada. Su piel estaba a temperatura normal, y sólo su corazón trataba de salirse de su cavidad.
"Me decidí a cruzar la calle y hacerle compañía, sólo intercambiamos miradas y nos sonreíamos el uno al otro; hasta que me ofreció su mano" hace una pausa. No me muevo. Ella continúa "sus manos parecían un reflejo. Una luz que se emanaba por sí sola. Le agarré de la mano y me colgué de su cuello. Él me abrazaba, podía sentir el calor de sus largos brazos rodeándome". Sonríe, recuerda algo y prosigue "sus alas no se movían, así que supongo que estábamos flotando... Volamos con los pájaros y arrancábamos las hojas más altas de los árboles. Reíamos mucho".
Cierra sus ojos y aprieta la boca "¡CONOCÍ A UN HOMBRE QUE PODÍA VOLAR!" grita "¡Sus alas tocaban las nubes y sus cabellos eran de seda!".

Despierto.

Mi hermana al otro lado de la habitación observándome.
No pude evitar sentir un escalofrío al ver a mi idéntica gemela.
No pude evitar sentirme asustada al saber que fui yo la que conoció a un hombre que podía volar.

7.10.10

41. Sociedad.

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3.10.10

40. Ahí estás.

Te puedo ver.
Te puedo ver, y estás escondido.
Entre los arbustos, te tapas con las hojas secas que crujen al aplastarse contra tu cuerpo. Crujen cerca de tu pecho, y por unos segundos; tu corazón se para.

Te puedo oler.
Te puedo oler, y hueles a miedo.
Tan empalagoso como pastel, caramelo y pudín de chocolate todo junto. La bilis sube por mi garganta y saboreo tu miedo. Te escupo, te piso, te olvido y me voy.

Te puedo sentir.
Te puedo sentir, y te siento alejado.
Estás rozando mi brazo y te siento ausente. Tu mirada se aleja detrás de mi oreja y miras al pasado.

Estás al frente mío, asustado, en otro lado.