3.10.10

40. Ahí estás.

Te puedo ver.
Te puedo ver, y estás escondido.
Entre los arbustos, te tapas con las hojas secas que crujen al aplastarse contra tu cuerpo. Crujen cerca de tu pecho, y por unos segundos; tu corazón se para.

Te puedo oler.
Te puedo oler, y hueles a miedo.
Tan empalagoso como pastel, caramelo y pudín de chocolate todo junto. La bilis sube por mi garganta y saboreo tu miedo. Te escupo, te piso, te olvido y me voy.

Te puedo sentir.
Te puedo sentir, y te siento alejado.
Estás rozando mi brazo y te siento ausente. Tu mirada se aleja detrás de mi oreja y miras al pasado.

Estás al frente mío, asustado, en otro lado.

No comments:

Post a Comment