Izquierda.
Derecha.
Uno. Dos. Tres. Cuatro.
Vuelta, giro, salto, sonrisa.
Talón, punta, talón.
Las jóvenes bailaban al ritmo de la música. Eran observadas por un centenar de personas, maquilladas y bien vestidas. Las faldas se agitaban en el aire chocando con el espeso aire.
¡Vueltas! ¡Giros! ¡Saltos! ¡Las bailarinas conquistaban al público con sus largas piernas y hermosos cabellos de seda negra!
Violines y chelos, flautas y un piano tocaban una canción divina y peculiar.
La música para.
¡TA TAN!
Pasos.
Pasos.
Pasos.
Una bailarina da vueltas y vueltas.
Sus cabellos girando y formando imposibles formas en el aire. Sus manos acariciando el aire delicadamente como si pudiera llegarse a romper. Sus piernas alzándose hasta su cabeza, dando a mostrar las mallas que llevaba debajo.
Alza la cabeza y hunde sus marrones ojos en los míos, observándome.
Hermana, cuánto tiempo ha pasado…