16.5.10

21.

Tal vez haya sido mi imaginación. Pero juro haber visto una lágrima asomándose por sus ojos.
No es que sea algo totalmente monumental verle llorar, pero nunca le había visto hacerlo.
Ni en la infancia, cuando se raspaba la rodilla y sangraba. Ni cuando sus padres se divorciaron, y anunciaron que ya no serían una familia. Ni cuando su pareja le atravesó el rostro con una cachetada. Ni cuando le dieron su diagnosis de cáncer.
Y he aquí, ella: Llorando. Llorando. Llorando. Durmiendo.
¿En qué estará soñando que le ha causado tal efecto?
Me imagino que debe ser.
Debe ser porque sabe que está a punto de morir.
Y siempre he sabido que ella me teme.

No comments:

Post a Comment