9.3.10

10. No sé cómo.

No sé cómo, Pero desperté tirada entre los arbustos.
No sé cómo, pero estaba desnuda. Mi inocente cuerpo descubierto. La naturaleza me observaba… Me observaba y yo me sonrojaba.
Me levante. Tal vez un poco muy pronto, pues la cabeza me daba vueltas… Un mareo, sin duda alguna.
Me aferré a un árbol con tronco viejo. Yo diría que ha estado presente en aquel bosque por un par de décadas. Sus ramas afiladas tenían un aspecto terrorífico. Las hojas, todas secas, pero en alguna misteriosa manera se aferraban a las ramas putrefactas.
Caminé ¡cómo dolía! Unas diminutas piedras me pinchaban las plantas de los pies. Quise gritar, pero me contuve, tal vez alguien me pudiera estar observando.
Sentí la cara roja ¿alguien observándome? ¿Así? ¿Desnuda? Oh, demonios… Me rodeé con los brazos, protegiendo mi cuerpo a las miradas asechadoras de un observador.
Al pisar las hojas producía un inquieto pero delicioso sonido.
No sé cómo, pero lo vi. Escondido entre unos árboles acostados, sus misteriosos ojos posaron vista en mis pechos, sonrojada me cubrí esa parte de mi cuerpo.
Cerré los ojos. Creo que me quedé inconsciente.

Solo sé que estaba en mi cuarto, sudando como quien sabe, al borde del llanto; con un par de hojas atrapadas en mis cabellos.

No comments:

Post a Comment