3.11.10

51. Un año que me sumo, un año de vida que me resto.

Leí que cada siete años, las células de nuestro cuerpo entero se renuevan. Totalmente. Deduzco que en cierta manera, uno "desaparece" o algo por el estilo.
Mi cumpleaños es este quince. Maldito quince. Esta pequeña retoño cumplirá catorce años y desaparecerá.
Nunca me agradó la idea de celebrar mi cumpleaños, un simple beso y un bonito día basta. Una bonita cena, una conversación jugosa y satisfactoria bastan para mí.
Un año que me sumo, un año de vida que me resto.
Este año prácticamente le dije a casi todos que no quería nada de regalos ni en cumpleaños o navidad, siempre me regalan cosas que termino lanzando a lo más lejano de la gaveta. Les ahorro tiempo y dinero.
¡Como sea! "La intención es lo que vale". Díganme malagradecida pero la intención no me importa. Gracias, pero ten tu regalo de vuelta.
Además que los regalos son tan predecibles. Collares, pulseras, anillos, zarcillos, un monedero, una cartera, unas medias, un forro para el celular, una camisa que me queda corta, un pantalón que hay que devolver porque no me queda, un cd, una película del año de la pera, un libro nuevo (ya todos saben mi afición sobre la lectura).
Lo único que utilizaría serían los libros, para llenar mi estante y tener ese libro predestinado a leerlo en el 2016. O sino, lo quemaría. Uno de mis olores favoritos: papel quemado.
Volviendo al punto.
He llegado a la conclusión que no me gustan las festividades y toda esa mierda, sólo el ambiente es lo que me agrada.

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