21.11.10

57. Muerte, ¿para qué tenerle miedo?

¿Quieres un cigarro? -pregunta.
Ese cilindro blanco, olía a hierbas.
Lo agarro. Sin miedo a probarlo, inhalo. Es horrible pero sigo haciéndolo.
Tienes que aprender a fumar -me dice- es un arte ¿sabías?
No, no sabía -respondo.
La atmósfera es tan pacífica que me inunda un sueño infernal. Bostezo con la boca muy abierta y sonoramente. El me mira, observa mis labios. Sigo fumando.
¿Sabías que en este instante alguien podría estar muriéndose? -apunto.
No me digas... Pues... -inhala del cigarro profundamente y pesadamente dice, alzando el cilindro blanco- ¡a por aquella persona! ¡sabes que viviste bien!
Saco un bolígrafo y empiezo a rayarme en la piel.
La tinta podría colarse a tu organismo, podría matarte ¿sabias? deberías dejar de rayarte la piel.
He escuchado tantas veces eso.
Pero es que nadie entiende que ese es el punto.
No le tengo miedo a la muerte.

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